¿Cuántos versos borrados
entre aires inertes y creados?
¿Cuántas arcadas ante el baño
para que mi espalda note tu tacto?
¿Cuántos? ¿Cuántas?
¿Cuántos? ¿Cuántas?
Ante mis ojos ensangrentos,
una luz se abre,
y brilla como un diablo,
viajaré hacia ti entre el agua,
entre muros y distancias,
porque ya no tengo el miedo
que también me abandona y
que tan bien me abandona.
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