¿Dónde los doce años?
¿Dónde las anclas que enturbiaron las aguas?
Pendo entre esperanzas,
verdes, azules, y vacías.
Mi amor se cruza entre cabezas,
y cincuenta y cinco las dulces mieles,
encadenadas en noches INFINITAS.
Ya perdí la cabeza,
entre murmullos y trayectos,
tormentas, veranos y hielos.
La niebla se posa sobre piedras,
y la nieve se funde entre gazpachos,
de huevo, de huevos fritos.
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