Llega a mi hogar el cansancio, que empuja,
y siempre tiene llaves. Con él comparto la
existencia que arrastran entre terrazas las
dudas que pretenden desnudarse.
Puede pareceros extraño, pero hoy he descubierto
una cosa importante. Entre sillones de metal y
envuelto entre borracheras etílicas, percibí que
sólo quería escribir, únicamente. Pedí papel y bolígrafo tras
despertar de un sueño que parecía tener alas y
ventosas.
Ya no habrán más puntos y comas.
Prefiero rellenar de letras estúpidas mi vida
a infiernos innecesarios.
No me he explicado bien.
El alma me chilla y no puedo callarlo.
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