sábado, 30 de abril de 2011

Voy a comprar cuarenta y cuatro cervezas ya que tengo más sed que follando debajo de un plástico un quince de Agosto en mitad del Sahara tras besar a un dromedario con lengua

Y sin resoplos la luz y sus insectos me acompañan,
como guirnaldas en una noche de San Juan,
porque la ciega luna es un toro lleno de soplillos,
y yo únicamente un recipiente que se vierte.

He de volver a la cuna y rehacer todo lo hasta
ahora hecho, porque sufro las pérdidas de las cuerdas
de una guitarra española que en el lodo está gimiendo.

Y mi alma se esconde entre las lonas de un teatro que
no tiene director ni guión. Y el cielo y sus luces molestan
como abejorros con blancos dientes.

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