jueves, 7 de abril de 2011

Estaciones

El umbral de la noche recibe con holgura el sonido primaveral
de translúcidos olores. Y el aliento de las coordenadas en las
que me encuentro describen un lugar opaco y necesitado de flores.

El invierno ya disipado abre las puertas al hogar de los sentimientos
y es por eso que recibo impaciente y con dulzura a los sueños con
rastro de una nínfula. Quiero combinar todos los colores y rodear
con sus besos las bandas sonoras más hermosas. Porque la rutina no
hará que me haga de hierro, e intentaré convencerla con tozudez
que se despiste, que abra los ojos y observe con calma lo que es cierto
y lo que es bello.



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