Lo único que es cierto es que el tiempo se arma
entre bufidos, y mis patas quieren caminar ranqueantes,
dando tumbos y lentamente las paredes conducen hacia
una cama que está sucia, muy sucia. Y entre Cárpatos
mi pene es destrozado por lenguas que desconocen las
pieles que disfrutan con salivas las pajas que nunca me hice.
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