Como un niño en la noche de reyes magos mi emoción se
exalta y se apresura a descubrir la noche de San Juan,
que de entre todas ellas es la más corta y a su vez la más hermosa.
Es por ella que redoblan las campanas y su infinita luna atrae
como un imán a mi corazón, que se acelera como burbujas en
ebullición y que palpita a la inversa para retroceder en el tiempo,
que dibuja entre nervios la más pura calma.
Sólo la niñez se marcha en busca de su inocencia,
que interrumpieron los años y que entre pecho y espalda vamos
dejando atrás. Y se destrozan las piedras para volverse arena
entre los tumultos y los rostros más besables.
Tus ojos son los culpables de que en los fríos inviernos mi
alma arda y vuele, hacia campos infinitos, y los mentirosos
gritos se inclinan hacia el cielo en busca de truenos que
intentan llamar su atención.
¡¡ Viva San Juan !!
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