Hay cenizas que visten de negro todas y cada
de las palabras. Cubren y rellenan de opaca luz toda
expresión lingüística, que por más adornos, y más
faros que pongamos no embellecen todo aquello que
decimos. Es el loco el que conjuga y no miento si lo
hace, pero sí es cierto que no miente. Y mis letras, ya
obsoletas, son tumba, cruz y barbas. Porque el fuego
y sus enseres se llevan a todo aquello que queremos.
Y no es justo. No me hagas sentir si sufrimiento enseñas,
y no comulgues si pecar sabes. No mientas, que para mí
no hay mentira que no descubra. No hagas disfraz de lo
que ya sé. Y bájate las bragas que hoy tengo ganas.
Zorra hija de puta.
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