La cabeza hace afanasomente de tambor en un viaje desgarrador
e inquietante hacia un lugar q discrepa de mi auténtico hogar.
La tranquilidad se aposentó atrás y los sueños parecen entremezclarse
con la realidad carente de emoción. El sonido del autobús no es más
que una mentira vestida de motor y las nubes del cielo parecen disiparse
en un despedida carente de arte y que esta vez me invade disfrazado
de piernas de mujer con botines provocando sobre mi falo una vergonzosa
erección.
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